Nos dimos cuenta tarde
y tarde escupimos en la alfombra. Los platos sin romper y
mi corazón con demasiados agujeros. ¿Cuánto vale una pisada?
Los dedos me tiemblan al chocar contra la carne, el suelo destrozado.
Todos los cigarros, cada día, eran gritos de éxtasis. Y no me di cuenta.
Las manecillas del reloj no corrieron a encontrarme y exploté, exploté hacia atrás
(aunque me creyese avanzando).
Me di cuenta tarde y
rodaste para olvidarme de ti. Sangrabas, sangrabas demasiado
por la boca y el pecho. Y yo, corrompida, creyéndome perfecta
encerrada en el subsuelo, cavé mi propio agujero.
Tengo heridas en los ojos
¿Dónde cabe tanto vacío?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé Libre por unos instantes..