En tropel se me escapa el sudor por la boca. Me roza los labios,
medio muertos,
en carne viva.
Me roza los dedos pero ya no sé si soy yo, que lo sueño. O mis ganas, que me acechan.
(Se me ha solapado la quinta costilla con un pulmón y
me noto irrespirable)
No sé si se me ha hundido una serpiente entre las vértebras o si hay ojos capaces
de atravesar distancias insalvables.
(Abril chorrea perseverante)
Tú ahora vives en el balcón que da a la playa
y yo estoy tan lejos
que me ensucio los ojos con edificios grises
por no mirarte con deseo punzante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Sé Libre por unos instantes..