Ahora me supliré.
Condensaré un trocito de viento y lo colocaré bajo mis brazos.
Me servirá de guía mientras tú,
bruma estúpida,
me escueces en la sangre y en los ojos,
tú y tu exgenua manera de comerme a bocados invisibles.
Miras desde todos los puntos y disparas a machete, a hacerme loca
bajo mi única madera húmeda,
la de todas las combustiones cuadrangulares.
Todas las que desean, escondidas, ser para soportar
la fuerza lunar, el viento incisivo,
las horas muertas estampadas contra todo, contra todos.
Soplaré espuma hacia adentro y me cubriré de agujeros
para ser un poquito más dúctil
para quemar unos cuantos gramos de seso. Y el peso
de mi cabeza (que ya desciende y se arrastra por los suelos)
retrocederá algunos labios apretados
para seguir ganando millas, para seguir restando torpeza..
en vaso ancho, si no es molestia.
Estimulante y apabullante.
ResponderEliminar