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Puertas y extraños motivos.
Rodajas de vidas esparcidas por el suelo, pisadas algunas, algunas pisadas y otras muertas.
Altares con héroes de colores tenues relegados a un segundo plano. Convexo.
Cóncavos sus seguidores y cóncavas también sus mentes si adoran lo que adoran. El vacío
pudre lo que puede y eleva lo inabarcable. El vacío llora y no,
no es negro ni pomposo ni inmortal. Es vacío,
o es que no lo entiendes???

Si pudiese estropearme...
Si pudiese estropearme, quizás lo haría.
Sí, quizás me rajaría tres o cuatro recuerdos para que sangrasen poco a poco,
poco a poco
hasta callarse, descender de las alturas absurdas. O torcerse
y desviar caminos.
Descolocaría prioridades subconscientes,
agarraría a esa que asoma y la reventaría dentro de mi mano derecha. Me la juego a que disfruto,
perdón, disfrutaría.
Si pudiese estropearme escupiría veneno hacia mis zapatos, hartos de caminar sobre cualquier espalda. Prescindiría de camisetas agrietadas y ojos mudos,
de manos que no hablan de nada,
de nada más que de lo que calla su sexo. Nadie parece darse cuenta ya de que los fuegos calmados con suspiros incrementan en poder,
son llamativos. Y lo son
porque los suspiros son torpes y las fuerzas insulsas..
y yo sin saliva ya en la lengua me debato entre saltarles hacia el cuello o prolongarme en canales de huídas póstumas.

-Corre, corre sin más. Corre hasta notar alambres por piernas, hasta enterrar la garganta en la pelvis. Corre, corre hasta expropiarte de tu aliento y tropezar.-

Y caer. Y rodar.