Mezcla palabras con veneno. Remuévelo fuerte, tanto que te escuezan los ojos.
Haz vibrar tu garganta, desde hace meses parece estar muerta. Bebe, rápida
del sudor que habita en mi entrepierna y
calla.
Háblame entre dientes,
llórame.
Ahórrate las medias tintas, la mediocridad y los besos sin sangre.
Madruga de noche y sal a buscarme
no quiero sueños, sabes? No quiero engaños.
Puntos equidistantes se tornan laberintos ante nuestros ojos
búscalos
son fácilmente aniquilables, sólo
entorna un poco la mirada.
Afílate las uñas y deja mis ojos marcados de
cualquier cosa que no sea lo que es. Aprieta los dientes y
de noche, sal a por carne fresca que nutra
la huída, póstuma,
en la que un día nos aventuremos.
Pero
si escondes la cabeza tras los hombros
y dejas de creer. Ni lo intentes
no rebusques, ni pierdas las entrañas
desangrada frente al aire. No
sopeses, ni calcules el dolor de la caída
porque nadie,
Nadie
llevará tus restos a incinerar.
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