martes, 20 de marzo de 2012

El margen de error, en el viento
se desdibuja sin consuelo.

Miro sus piernas
susurrantes
caminándome como si de repente el mundo
cabiese ahí dentro
bajo la piel
entre su saliva y mis ganas.

Al amanecer sobran vientos
como pensamientos entre mis cejas
y puedo oír ya la música que fluye
y nos engulle
para hacernos volver a empezar

entre gritos desgarrados y amalgamas de sabores, piel cruda y locura dislocada
sobre la cama, labios como en coma, sin comer ni latir, como moscas a la miel, mentirosos, clandestinos, pariendo fosas de sueños y quejidos.

Late el flujo sin querer
aprietan las manos la duda
metódica
liturgia
calmada.

y cosquillas y cascadas carnívoras de piel y dientes y susurros a la orilla de la boca

Todo es sangre
sudor pegado a
lascivia colándose por nuestros agujeros
hondos
macrabros
ansiosos


Libres.

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