viernes, 8 de julio de 2011

Entre los dedos el tiempo se me derrite, como la cera de una vela a la que no le quedan más que un par de minutos. Todo arde entre mis manos, el fuego me devora.
Entre mis piernas todo es susceptible de ser renombrado, de ser de nuevo puesto en un altar, un altar al que nadie aspira.
Entre mis entrañas algo estalla cada vez que leo su nombre y vuelve de nuevo a encogerse cuando me pongo a pensar, es como una bomba sin mecha, nunca explotará...pero siempre hay miedo de por medio. Esa interrogación no se evapora por mucho calor que haga, por mucho calor que se provoque.
Desato entre mis nudos una tormenta de palabras y recuerdos, y escuecen y vuelvo a retornar a mis más oscuros adentros, rebusco entre mi memoria y encuentro retazos de otras vidas, de otras pequeñas muertes, de otra persona, de otro Yo.

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