sábado, 6 de abril de 2013

Absències.

Y sabes?
Puede que el principio de recolocación sea simplemente
dejarse estropear por unos días, semanas,
quizá un par de meses.
Puede que el precipicio más profundo sea
el trazado desde la boca hasta el estómago, el mantel
de la mesa
de la casa que jamás tuvimos,
los siglos reconstruyendo un esófago abrasado.

Arañazos
en el suelo de las manos, sudor saliendo por las branquias
al contacto con un aire putrefacto. Cuántos
siglos han pasado desde que la perfección perdió su sentido?
Eres una espiral que se muerde las uñas
por no clavarse un puñal en medio del pecho. Y yo
aprieto los dientes y tú
me ardes,
gris,
gris de ese que ensucia los ojos. Me ardes desde dentro
aunque ahora estés tan fuera.

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