Como todo el aire del que fuimos dueñas, acabamos estallando. Nos coronamos de gloria efímera y ahora, desde las grietas lejanas, cuestiono si edificamos algún pulmón a largo plazo...porque nos hemos ahogado.
Sí. Nos hemos ahogado con una facilidad que me quema el pensamiento.
Y la verdad es que a veces parece que el tiempo retrocede e incluso da la vuelta para mirarte a los ojos y explicarte que se duele, ya moribundo. Para susurrarte con cierta tristeza que es hora de empezar a cerrar ciclos. La verdad es que me miro hacia adentro y recibo súplicas de vida, súplicas de sangre.
Me he caído con todo el equipo, ahora me concentro en no dolerme en las rodillas y saltar hasta sudar.
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